lunes, 14 de noviembre de 2011

Asco

Serán mis dolores de cabeza que apuñalan mi cráneo, hasta el día en que lo manden todo a la puta mierda, lo que me desgana y me deja rociada por el suelo inmóvil ante lo que se me avecina. Las palabras no me sirven, ni los gestos, ni las intenciones, ni los hechos, no me sirve nada en este estado de demacración que invade a mis neuronas.
Cada día que pasa de esta vida es una agonía interminable de dolor y de sufrimiento, se ansias insaciables, de insomnio somnoliento, de ardor en el cerebro y en las mismas cuencas de los ojos, los mismos ojos que deseo arrancarme cada día por tal de no sentir más dolor ni de verlo a mi alrededor reflejado en cada jodida esquina meada por un puto perro.
Ni siquiera un constante estado de embriaguez podría hacer que mi vida se llenase de luz, pues sólo la llena el áurea que pronostica mis migrañas, haciendo que mi alma se quede tranquila de una vez por todas y deje de sentir estos cuchillos adentrándose en mi mente y colándose hasta el último pensamiento impidiendo que razone con seriedad y sea capaz de comprender lo que sucede en esta serie de sucesos que es la vida.
Serán mis dolores de cabeza, de ojos, de sentir, lo que me impide ver lo que tengo delante de mis narices.

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