jueves, 15 de diciembre de 2011

Nunca se sabe


- Estabas en Humanidades, no?
- Si.
- Griego?
- Afirmativo.
- De todas formas estás en primero, ya me contarás cuando llegues a segundo...
- No llegaré a segundo.
- Nunca se sabe...

Y sus palabras se quedaron levitando en mi mente. Nunca se sabe... Estamos ajenos a todo suceso, nunca te imaginas lo que puede suceder dentro de unos segundos. Acabas de pronunciar unas palabras y en unas milésimas se contradicen completamente.
A veces me gustaría volver a ser mi yo de antes, otras veces me gustaría ser otra persona totalmente distinta, pero no soy ninguna de esas dos personas, soy lo que soy ahora, lo que era no importa, o al menos no debería de importar, ni tampoco lo que seremos dentro de unos segundos.
Hace unos minutos era el yo que llevo siendo desde hace unos días y ahora soy otra persona, no pienso como hace media hora, no siento lo que hace treinta minutos. No sé si quiero volver a ser aquella persona, no sé si quiero ser lo que me espera, pero es lo que me ha llegado. Lo verdaderamente jodido de esta historia es que puede que en unos instantes vuelva a ser aquello que fui ayer, y que pasado un tiempo vuelva a mi estado actual. Y así una y otra y otra vez, dejándome hecha añicos en el frío suelo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Esbozo 4


No me gusta. Y no quiero. Empiezo a estar harta de situaciones estúpidas, esta historia es una estupidez completamente.
Que me aspen de una vez Zeus porque no soporto más esta situación de estrés y a la vez de pasotismo que abunda en mis neuronas. Que revienten todas y se cree una anarquía en mi cerebro y en mi cuerpo y que las decisiones las tome simplemente mi instinto como si tuviera un eslabón menos en la cadena.
No quiero ser un ser civilizado, no quiero preocuparme por unos estudios, por un trabajo, por una casa, por una pareja, por un FUTURO. No quiero ser una persona más entre tantos millones, estoy harta de las apariencias, de los estereotipos, del "vístete bien", del "compórtate como es debido", del "no pases esa línea".
Esa jodida línea por la que constantemente deseo pasar y mandarlo todo a la mierda y conformarme con lo que cubra mis manos y sentir la tierra bajo mis pies y no un camino asfaltado porque es por ahí por donde debo de continuar mi camino. Y, ¿quién me dice a mí por dónde debo caminar? ¿Quién me obliga a andar un camino que no quiero andar? ¿Por qué debo de hacerlo cuando no es lo que quiero? ¿Por qué continuar con algo cuando no estás a gusto con ello?
¿Debería de sentirme mal por haber tomado una decisión más? Una decisión a la que al principio no le veía ni pies ni cabeza: "la situación no es que sea insostenible"; y es cierto, no era insostenible, pero no tenía ganas.
"Lo dejamos porque...porque ella no tenía ganas..."
Lo siento, aunque tu vieses que no, es una razón de muchísimo peso, llegará el día en que te des cuenta y veas que no puedes continuar con algo que, mientras más pasa el tiempo, menos ilusión tienes y menos ganas y que llega a un punto en que ya no lo quieres. Y lo más importante es darse cuenta de que no hay que estar haciendo algo que no te llena y que cada vez parece que te consume más y más, y que cuando esto pasa ya no hay que darle más vueltas, sino encerrarlo en un cajón con llave junto donde se tienen otros recuerdos olvidados para la eternidad.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Frecuentemente

A veces desearía dejar de pertenecer a este dichoso universo, que mis dolores me traguen por completo y desaparezca este amargor que cubre mi mente y mi cuerpo.
Ojalá esta desidia que me ha envuelto consiga que toque fondo y vuelva a renacer y a volver a querer intentar algo, a sentir algo, a tener ganas de algo, pero la verdad es que justo ahora no me importa lo que haga mi desidia.
Ya hay veces que no me importa en absoluto lo que me rodea, solo quiero dormir...y...ya está...

lunes, 14 de noviembre de 2011

Asco

Serán mis dolores de cabeza que apuñalan mi cráneo, hasta el día en que lo manden todo a la puta mierda, lo que me desgana y me deja rociada por el suelo inmóvil ante lo que se me avecina. Las palabras no me sirven, ni los gestos, ni las intenciones, ni los hechos, no me sirve nada en este estado de demacración que invade a mis neuronas.
Cada día que pasa de esta vida es una agonía interminable de dolor y de sufrimiento, se ansias insaciables, de insomnio somnoliento, de ardor en el cerebro y en las mismas cuencas de los ojos, los mismos ojos que deseo arrancarme cada día por tal de no sentir más dolor ni de verlo a mi alrededor reflejado en cada jodida esquina meada por un puto perro.
Ni siquiera un constante estado de embriaguez podría hacer que mi vida se llenase de luz, pues sólo la llena el áurea que pronostica mis migrañas, haciendo que mi alma se quede tranquila de una vez por todas y deje de sentir estos cuchillos adentrándose en mi mente y colándose hasta el último pensamiento impidiendo que razone con seriedad y sea capaz de comprender lo que sucede en esta serie de sucesos que es la vida.
Serán mis dolores de cabeza, de ojos, de sentir, lo que me impide ver lo que tengo delante de mis narices.

lunes, 7 de noviembre de 2011

No hay sentimientos


Se hizo de noche y en aquel cuarto mugriento el aire que entraba por la ventana se paseaba y salía por la puerta. Las cortinas grises ondean y llegan hasta rozar las yemas de mis pies. Y yo, que me encuentro tumbado en la cama, me estremezco por un instante.
No sé cuánto tiempo llevo aquí exactamente, puede que dias, semanas o, incluso, meses.
El olor a porro se ha incrustado en estas cuatro paredes.
Nuevamente, ella. Entra por aquella puerta y se cuela en mi cama. Me mira y me acaricia. Una sonrisa pícara brilla en sus dientes y me besa. Lentamente comienza de nuevo su danza y se desnuda.
¿Amor? Puede. Amor fingido el que siento por ella. Mis dedos se pierden rozando su hombro descubierto. Y me hace el amor, como si ella también lo estuviera sintiendo.
En aquella fría y oscura habitación, solos ella y yo, haciendo una actuación sin público, en el que cada uno hace su propio papel: uno el de amar y el otro el de sentirse amado. Y beso a beso, caricia tras caricia, esta función acaba con el mejor aplauso que es el éxtasis.
Ahora, se produce la despedida de los actores, donde ella me abraza, y yo le correspondo, donde se cruzan miradas de aparente amor, que sólo albergan tras ellos el sentimiento de la soledad.
Nuevamente, vuelve a salir por esa puerta, por la que volverá a entrar cuando la soledad y la desesperación la aborden de nuevo y se esté ahogando en ese mar de recuerdos, que es la memoria.

martes, 27 de septiembre de 2011

Desvanecer

Eso es lo que más deseo a veces. Desvanecer, desaparecer, no pensar, no sentir, no existir.
No sé si es la rutina o que mi felicidad ha vuelto a ser derrocada por mi pesimismo.
Quizás necesite necesitar algo que no necesite necesitar...

sábado, 17 de septiembre de 2011

Esbozo 2

A veces me canso de la vida.
A veces no puedo mirar hacia delante.
A veces...Sólo a veces...Me gustaría
no permanecer en mi cabeza...
Divagar, observar,
sentir que...sentir que...
Sentir que puedo lograr sentir algo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Esbozo 1


No puedo creer, o quizá no quiera creerlo, cómo puede la humanidad mantener este comportamiento. Cómo las personas están tan sumamente ciegas. Cómo puede haber tanta avaricia en el mundo. Por qué nadie se interesa por otras cosas, por las cosas del alma, en vez de estar siempre pendiente por aquellas cosas materiales, de tener dinero, de tener cosas, de tener poder!! Por qué el ser humano lo único que busca es destacar entre las demás especies, por qué busca ser superior, por qué busca dominar cuanto le rodea, por qué ansia tanto poder.
No hay nadie en este mundo que no quiera tener poder sobre algo, sobre alguien?
Es que no hay nadie que no esté pendiente de lo que hagan los demás, le importe esa persona o no?
Es que realmente nadie se mira a sí mismo en el espejo?
No puedo creer, no puedo comprender, o quizá no quiera creerlo ni comprenderlo, el por qué de que esta vida sea así, en la cual entidades como Hacienda o cualquier banco sean superiores a ti y dominen tu vida y la controlen hasta límites desconocidos. Entidades superiores a personas!! Dónde esta aquí la ética? No es ético!!
La avaricia, señores, eso es lo único que puedo ver hoy en el mundo, avaricia, ansias de poder, afán de poseer, capitalismo, egoísmo.

domingo, 21 de agosto de 2011

Simplezas


Simplezas, simplezas y emociones, y alegrías, y sentimientos. Felicidad. Todo se haya en lo simple, una tarde, un paseo, una charla, un café, una noche, un banco, césped, un par de litronas, más charlas: amigos. Mucha, mucha felicidad.
Música. Mi otra música se ha convertido en sus voces, en sus risas, sus silencios, sus miradas, el aire que pasa alrededor.
Paz. Y mucha paz. No hay rencores, hacia nadie. Hay felicidad. Hay emociones, risas, charlas, cafés, cervezas, césped, sentimientos, en otras palabras: mucha felicidad; en otras palabras: simplezas.

lunes, 15 de agosto de 2011

Esa persona


Él es esa persona. Y que sí...aunque me ponga borde, aunque le suelte semejantes burradas, aunque bla bla bla bla...El día que le conocí puedo decir, por qué no, que me cambió la vida. Aquel día todo dejó de ser como lo era antes. Todo dio un giro inesperado, tú le diste un giro inesperado, y gracias a eso comencé a ver que las cosas que tenía delante no tenían que ser así por cojones.
Lo quieras o no, me has cambiado y para mejor, quieras o no...Me has hecho ver las cosas de otra manera, consigues que sea mejor persona y que ahora más que nunca sepa aceptar y reconocer con más claridad mis errores. Siempre tienes algún detalle que me saca una sonrisa y siempre sabes qué decirme para que me levante y mire hacia el frente, sabes muy bien como animar a las personas, ojalá aprendieses tú a poder levantarte a ti mismo cuando los demás no sabemos cómo actuar...
Si te digo que te quiero, creetelo, porque eres la única persona en la que pienso cuando me levanto, durante el día, antes de dormirme e incluso en mis mejores sueños.
Y no te asustes si te envío un mensaje diciéndote algo como: qué asco que me das, imbécil... Eso es sólo porque invades mis pensamientos constantemente. No te haces una idea de lo feliz que me haces sentir...
Ya sabes que ni soy ñoña ni me gustan las ñoñerías, pero sí me gusta expresar lo que siento, y, aunque a veces no me sale como espero, intento expresarlo como puedo.
Ah, sí, afeitate de una vez.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Felicidad


Es ese estado que he logrado conseguir a base de quitarle importancia a las cosas. A base de mirar sólo lo que tengo delante. A base de dolor, amargura, pero, sobre todo, mucho dolor, he conseguido ser feliz.
No recuerdo ser así de feliz desde... Hace algo más de dos años. Cuánto tiempo he estado amargada...
Dejé mis ilusiones para no volver a llevarme decepciones, pero hoy puedo decir que vuelvo a tener sueños. El sueño de poder forjar mi vida, y que no dependa de nadie, mi vida es independiente.
Hoy, ninguno de esos recuerdos olvidados va a hacer que mi día lleno de azul se vuelva gris. Hoy también será mañana, y hoy también fue ayer. Y todos y cada uno de los días desde hace unas semanas.
Está todo tan claro...lo tengo escrito en las yemas de mis dedos, lo escribí con un agua bien cristalina...
Zeus, qué feliz soy.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Ella II


Siempre fue sencilla. Le gustaba la perfecta imperfección. Nunca fue la típica mujer a la que le gustan los castillos rosas ni las cosas glamurosas. Tampoco era de esas que radiaba felicidad.
Ella era una persona que se paraba a observar. Le gustaba observar a los demás. Mirar a su alrededor y empaparse de lo que la naturaleza le daba. Adoraba los árboles, los animales, el suelo, pero, sobre todo, lo adoraba a él.
Adoraba cómo se mecía, cada balanceo al andar, cómo el viento acariciaba su largo cabellos, incluso su pestañear hacía que ella se llenase de paz con tan sólo mirarlo.
Pero incluso esa sensación que le invadía al estar con él, le era insuficiente. Siempre tuvo ese agujero, esa llama apagada brillando en su mirada, un vacío profundo en el alma.
Cuando él ya no estaba, simplemente se ahogó. Cayó en el mar de angustias que era su recuerdo y sólo se pudo abrazar a la soledad de no sentir nada más. Y dejó de observar, de jó de mirar, y sólo adoraba su memoria, porque ya era el único sitio en el que él permanecía. Ya no había paz, no mecía el viento, y no hubo tranquilidad. Entonces Vida vio que su vida ya no tenía sentido, y se alejó de ella.

lunes, 1 de agosto de 2011

Estabilidad




No te tomes las cosas tan en serio. Tómate en serio a Hacienda, la declaración de la renta, una hipoteca si dices de comprarte una casa, pero no las demás cosas de la vida. Necesitas quitarle importancia a los actos o las palabras de los que te rodean. Necesitas estabilidad y nadie te lo va a conseguir como no seas tú el que la busque. Va siendo hora de plantearte vivir, pero vivir en serio, el resto que venga por donde quiera venir.

martes, 19 de julio de 2011

Erosión de vida


Intentaré mirarlo todo desde otro ángulo y buscar en este oscuro cajón esa ranura de color que deslumbre esta vida en blanco y negro; y por fin correr y brincar por un prado verde lleno de esperanza y ver la felicidad y descubrir que realmente existe el amor y que mi cabeza no tiene por qué quedarse hundida en un pozo gigante de mierda.
Intentaré intentarlo, pero que no te extrañe si sólo se queda en un intento...

lunes, 4 de julio de 2011

Miedo



El miedo a las cosas. Yo no le tengo miedo a eso, le tengo miedo a la vida. Desde que nacemos nos preparan para cualquier situación, cualquier circunstancia. Pero, ¿quién nos enseña a mirar la vida? Realmente nadie te dice como mirarla.
Nos enseñan a preparar un futuro que debemos de afrontar, a lo que va a ser nuestra vida, pero no cómo debes de vivir en el presente.
Pasas media existencia pensando que la felicidad llegará cuando consigas algo que, por cierto, nunca es cercano. La asocias con unas expectativas de futuro que puede que nunca consigas.
Y, mientras tanto, ¿qué haces?
El miedo que tengo es este: pasar los años esperando que ese algo llegue y, con ello, tu felicidad, y que, mientras tanto, desperdicies tu vida, o puede que pierdas oportunidades que nunca más se van a presentar. Incluso algo mucho peor: encomendar tu vida a alguien, o puede que también se la encomiendes a el dolor, o el miedo.
Yo, hoy, he decidido que ya está bien, y que es hora de dejar ese dolor de lado, el miedo por lo que le pueda pasar a los demás, el dolor por lo que te puedan hacer a ti. Hay que vivir la vida con lo que se te presenta, pero, eso sí, con los pies bien puestos en el suelo.

martes, 28 de junio de 2011

Ella




Era una persona sencilla. Le gustaban las cosas hechas a mano, la ropa ancha pero no grande, el pelo despeinado y la cara sin pintar. Le gustaba la naturalidad en las cosas, la música adecuada en el momento adecuado y el café de las mañanas. No era muy tímida, pero se dejaba intimidar.
podría ser la típica persona feliz, pero no sabía ver el mundo de esa manera. Necesitaba mirar las cosas desde otro ángulo. Quizás así no se hubiese sumido en el pozo sin fondo, repleto de tormentos en el que caía cada día que pasaba.
Podría vivir en un mundo de color, pero ella prefirió vivir en blanco y negro. Podía encontrar en cada momento, por muy feliz que fuera, aquella pizca de sustancia que le recordaba aquello que no quería recordar. Sabía amargar el más dulce de los momentos. Tenía esa habilidad.
Era como si sólo quisiera vivir en su propia amargura, sumida en su tristeza y ahogada en su propio llanto.
Sabía tirar las horas por la ventana y pasarlas sentada en una hamaca mirando a ningún sitio, le encantaba ese lugar. Y así día tras día, año tras año, reprochándose aquello que había hecho, y lo que no, también.
Lo único que quería era desaparecer, salir corriendo de aquel lugar y dejar atrás todo aquello que le podía hacer daño, quemar sus recuerdos y comenzar de nuevo otra vida. Pero...eso era lo que hacía siempre...salir corriendo. Huir, huir de sí misma, de las demás personas, de los problemas. Huir de sus sentimientos y esconderlos allí en lo más profundo de su corazón encerrados con llave.
Sentía un gran dolor en el alma, una presión en el pecho que no le dejaba vivir tranquila. Ese dolor...Nunca supo por qué lo sentía.

No hay significado

Al salir de aquella habitación con aquella persona que me acompañaba, sentía que las palabras que pronunciaba me herían cada vez más dentro. Inevitablemente, yo a su lado, caminando por la calle, mi mirada aterrada, buscando una vía de escape.
Todo para subir a un coche. Y conduce. Conduce alguien al que no le veo la cara. Y el silencio. Todo tan callado. La carretera, solitaria y, de repente, todo se para. Ya hemos llegado. Nos bajamos del coche y miro a aquellas dos personas o seres sin cara que me acompañan.
Yo, enfrente de ellos. A pesar del frío, un escalofrío recorre mi frente. Y los miro. Sin saber a dónde mirar. Mi piel se eriza.
De repente, un destello cruza por mi cerebro. Tengo una pistola. Y la saco. De pronto la situación se acelera. Empiezan a agitar sus manos y gritan desolados. Uno. Dos. Tres. Dispara. Y he disparado, dos veces.
Siento un dolor horrible que me quema el pecho. Miro al frente y veo a un ser sin cara, apuntando con una pistola, y, a mi lado, se encuentra aquella persona, aquella con la que hablaba cuando salí de aquella habitación. Y está muerto, tumbado en el suelo.
Y miro hacia abajo. Buscando el por qué de ese dolor que me consumía, y había un charco de sangre, caliente, que bajaba por mi pierna.
Y al alzar la mirada, no había coche, no estaba aquel ser sin rostro, y a mi lado no yacía aquella persona. Ya no tenía ese dolor quemante en mi pecho. Ya no hacía frío.
Solo estaba yo. En un cuarto blanco. Sin puertas ni ventanas. Sólo un frío suelo, cuatro frías paredes y una ardiente bombilla que se dejaba caer del techo.
Y allí estaba yo, pintando con mi sangre aquel suelo en el que perecía lenta y dolorosamente.